Mucho se ha hablado de la vecindad del "Chavo del 8", de que fuera del set se llevaban mal, que la lucha de egos era tremenda y las traiciones, múltiples.
Sin embargo, no todo fue drama en el backstage. El exitoso show televisivo también brindó una historia de amistad inspiradora y que no es tan conocida. Don Ramón y Doña Clotilde eran, en la vida real, amigos inseparables.
La historia fue así: Ramón Valdés y Angelines Fernández se conocieron haciendo cine. Angelines, que nació Madrid, era una mujer de armas tomar y, durante la dictadura de Franco, en España, perteneció a la guerilla en su contra.
Esta fue la razón por la que tuvo que escapar de la madre patria y voló a México, en 1947, donde la recibieron con bombos y platillos. Ahí, "la Bruja del 71", empezó a codearse con las estrellas top del cine mexicano, como Mario Moreno Cantinflas y Árturo de Córdova. Fue ahí donde conoció a Ramon, que pertenecia a "los Valdés", una familia de artistas mítica, en México.
Una de sus colaboraciones, previas al Chavo, fue en los 60, cuando participaron juntos en la cinta "El padrecito", de Cantiflas.
En los 70, sin embargo, nacieron los personajes con los que marcarían a varias generaciones. De hecho, fue Ramón Valdés quien le recomendó a Roberto Goméz Bolaños, "Chespirito", que incluyera el personaje de la "Bruja" y que la actriz que debía encarnarla debía ser Angelines.
Fernández no tuvo hijos, y vivía sola en México. Además, nunca volvió a España y su única familia era Don Ramón. Por eso, cuando en 1988 Valdés falleció, el golpe fue tremendo. Durante el funeral, Doña Cleotilde permaneció parada junto al ataúd de su amigo por alrededor de dos horas y sólo exclamaba “mi rorro” apodo que le tenía su personaje en la serie del Chavo del 8.
Angelines, murió en marzo del 94 por un cáncer pulmonar, lo mismo que mató a Don Ramón. Hoy, los restos de estos dos amigos, están en el mausoleos del Ángel, en el DF.
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