Cada uno de los integrantes que participó en el desafío fue amarrado de manos y pies dentro de un gallinero. ¿El objetivo? Bañarse en miel y maíz para ser el alimento de las aves. 

Karol Lucero fue el encargado de realizar esta actividad que dejó el cuerpo de los participantes bañado en dulces componentes. 

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