Boran es un joven que siente manchado su honor. Su hermana Narin ha huído con su novio, pero han sido capturados. La ley ancestral es clara y dice que el infractor debe morir. Sin embargo, en el último momento aparece una solución: Que una de las hermanas del joven sea entregada en matrimonio al hermano de la joven mancillada, es decir: a él.

Así, Boran contraerá el vínculo con Sila, a quien no conoce. Pero eso es un detalle menor para él, ya que la honra familiar quedará restablecida.