Nathalia Aragonese ya está vestida de Romina: lleva una chaqueta de cuero, el pelo corto flameando de tonalidades rojas y un vestido negro ajustado. “Es un look que te permite identificar al tiro a un personaje. Uno lo ve y puede decir más o menos para dónde va. Se muestra tal cual es”, dice la actriz que interpretará a la madre de Luz, el nuevo personaje que aparecerá dentro de unas semanas en Tranquilo Papá.

A diferencia de lo que pueda ser el carácter de Romina, Nathalia habla con una dulce placidez y explica cómo va a ser la entrada de este nuevo personaje. “Romina es la mamá de Luz y es un personaje bastante complejo, inestable emocionalmente. En un principio cuando me hablaron de él me asusté un poco porque sentí que tenía un aspecto muy fuerte, de emociones negativas, viene de un lado bien oscuro. Pero le fui dando vueltas y me pareció que era un personaje tremendamente real, que existe en la realidad y que no se muestra mucho”.

La actriz viene de hacer la película “Cabros de Mierda”, dirigida por Gonzalo Justiniano, dónde interpretó a un personaje muy maternal.

-¿Ha sido muy brusco el cambio?

-Fue muy drástico, interesante y desafiante de hacer, porque significaba cambiar en mi interior una tecla totalmente distinta. Y a mí me gusta trabajar los personajes en todas sus capas, en todas sus dimensiones: en look, en estado, en cuerpo. Me encanta y es mi manera de trabajar.

-¿Cuál es el desafío de interpretar a una madre que abandona a un hijo?

-Con cada personaje que a uno le toca hacer uno aprende. Algo te enseñan. En el caso de Romina me interesó mucho el tema, además sentí que lo estaban tratando muy seriamente, en todo aspecto. Se está tratando con la seriedad que necesita. Romina es un personaje que se le critica bastante, pero que a la vez uno puede darse cuenta -y es lo que me interesa a mí también como actriz- de poder darle más capas: que no sea solamente la mujer mala que llega, sino que ir mostrando, a través del personaje, que uno no es mala madre porque quiere ser mala madre. Eso no pasa nunca. Yo creo que son las condiciones y el contexto –ya sea familiar, cultural o lo que a cada mujer le toque vivir- lo que finalmente determina ciertos factores de cambio. Así se explican las deambulaciones de Romina y que la hacen tomar decisiones que muchas veces no son conscientes. Eso es lo que me pareció interesante, poder mirarla de otra perspectiva y no juzgarla de antemano sino de entender cuáles son las razones que una mujer puede tener para abandonar a una hija.

-¿Cómo ha sido trabajar con Alondra Valenzuela (Luz), Ingrid Cruz (Pamela) y Cristián Riquelme (Claudio)?

Yo tengo mucha suerte con los niños. Con la Alondra ha sido una ternura y una ingenuidad tan propia de su edad, ha sido muy cómodo grabar con ella porque no es fácil grabar con niños. Pero es maravilloso cuando los niños entienden: ver cuando un niño está trabajando pero en realidad se está divirtiendo. Con la Ingrid Cruz somos de la misma escuela y nunca nos había tocado trabajar juntas, ha sido muy rico hacer las escenas con ella. Y a Cristián Riquelme lo conozco, hemos trabajado juntos entonces ha sido muy cómodo llegar a este ambiente muy empático. 

¡No te pierdas Tranquilo Papá y lo que será la conflictiva entrada de Romina!