Actualmente, existen 21 sindicatos de Trabajadoras Sexuales a lo largo del país. Alejandra Soto, presidenta del Sindicato “Amanda Jofré”, asegura que Chile está en deuda con la población transexual. Ausencia de trabajos, falta de educación y violencia extrema son parte de sus reflexiones sobre el momento actual del mundo trans.

¿Hemos mejorado como país en una inclusión real para aceptarnos entre todos?

“Hemos mejorado muy poco. La nueva ley es un avance, pero falta mucho. Si no hay educación, si no hay una sensibilidad del tema trans y que nosotras no hemos trabajado nunca en un trabajo formal no avanzaremos mucho. No sabemos cómo llevarnos con los compañeros, no tenemos responsabilidad de levantarnos y acostarnos a una hora exacta todos los días. No es llegar y decir que con una ley todo va a cambiar. Yo creo que se solucionará un 30% de los problemas, el resto hay que seguir luchando”.

¿Qué cosas nos faltan por mejorar?

“Hay que visibilizar el tema de todos los géneros. El machismo no solo existe en este país, existe en muchos. Hay que visibilizar todas las comunidades y géneros para acabar con este estigma de la violencia hacia la mujer porque nosotras pertenecemos a este género y no nos reconoce el ministerio de la Mujer. Nos falta vivienda y apoyo del ministerio del Desarrollo. Hace cuatro días pedimos una solicitud formal para reunirnos y conversar nuestros problemas, deberíamos tener novedades durante esta o la próxima semana”, sería el primer acercamiento con este gobierno, según lo que dijo Alejandra. 

¿Cuál es el primer paso para lograr un cambio cultural real?

“Son las más chicas en las que debemos pensar.El primer paso es hacer una ley de Identidad de género para niños y niñas trans porque desde chicos comienzan con la discriminación y la falta de cultura ¡Si ni reconocen sus nombres! Las compañeras se van retirando y se van a otros espacios. Así es como varias tuvimos que estar en situación de calle, drogas-alcohol y toda esa vulnerabilidad que Chile nos da. Las que estamos sobre los 25 años vivimos la violencia máxima”.

¿Cómo observas el trato de los países extranjeros hacia las personas que se identifican transexual?

“Estamos un poco mejor que otros países de Latinoamérica, pero estamos llegando a los mismos actos de violencia que estos. En Colombia, Guatemala y El Salvador hay mafias. Hay “mamis” y proxenetas en las calles que te pegan si tu no les pagas diariamente. Estamos conociendo esa violencia”

“Muy diferente es el caso de países como México, Uruguay, Argentina. Para qué decir EEUU que está bien regularizados. Los uruguayos la llevan porque tienen clínicas para trans, tienen cupos laborales, el estado incentiva las prácticas, les ayudan con viviendas, etc”.

Durante la investigación, hemos encontrado varios casos de personas que se sienten discriminadas por ser transexual, a tal punto que no logran conseguir empleo por lo que deben trabajar en el comercio sexual para poder subsistir. ¿Qué opinas de esta situación y qué mensaje les podrías transmitir?

“Con el nombre y apellido no te van a dar trabajo. Es un paso que te reconozcan, pero es muy poco todavía. Existimos, somos personas sujetas de derecho. Tenemos familiares, madres, sobrinos algunas tienen hijos. Sentimos”.

“Tengo compañeras que han sido violentadas y ya están muertas. Varias que pelearon por estas leyes ya están muertas. Ojalá que las que quedan y las que vienen puedan tener mejor expectativa de vida. Si 40 años es muy poco, necesitamos algo más normal como en Uruguay donde no hay tanta discriminación, Si hay personas de hasta 80 años. Impensado acá en Chile, habría que buscarla con pinzas. Debemos seguir con la lucha, no todo cambia con esta ley. Hay que incorporar una serie de políticas públicas”.

“Hay que ser consciente que la discriminación es hacia la mujer trans porque el hombre trans pasa piola. Al notarse somos violentadas, se burlan o sino sexualmente. Como tenemos buen cuerpo, solo ven eso. No entienden que podemos estar en otros espacios, ser doctora, enfermeras, psicólogas, etc. Con una buena concientización podríamos reducir a cero el trabajo sexual en 20 años más”.

¿Qué opinan tus familiares sobre la violencia que les ha tocado vivir?

“Mi madre tiene el miedo de que no llegue más a la casa. Me llaman todos los días, preocupada de las cosas que nos toca vivir. Nadie te puede decir que vas a vivir muchos años.  Internacionalmente nuestra expectativas vida es de 35 -40años por la violencia que vivimos. Hay que cambiar, educar y acompañar a la población trans adulta, Chile está en deuda con la población transexual todavía”.

“Las denuncias nunca encuentran a un responsable, cuando una le pega la patada a un tipo, una cae presa altiro. La justicia no existe para nosotras, si una roba un celular te vas un año a la cárcel. Como somos un peligro para la sociedad nos dejan para adentro altiro, pero hay gente mucho peor”.

Imagen: Mega.cl

¿Te gustaría agregar alguna cosa más?

“Sí, son muchas las inmigrantes que vienen a buscar una vida mejor. Hay que rescatar que varias de ellas son estudiadas. Casi todas son profesionales, mínimo han pasado la secundaria, pero llegan acá y no les dan trabajo. Deben trabajar en el comercio sexual, si tienen necesidades. Deberían integrarlas. Hay que visibilizar el tema”.